Nos encontramos en la recta final de otro año escolar, un tiempo de reflexión y celebración mientras nuestros estudiantes de grado once se preparan para su graduación. Es un momento especial para recordar y valorar las historias y experiencias que han forjado durante su tiempo en nuestro colegio. En el colegio Buckingham, sabemos que nuestra verdadera fortaleza reside no solo en nuestra infraestructura y programas educativos, sino en la calidez y el espíritu de nuestra comunidad.
Hoy queremos compartir con ustedes la historia de Nicolás Cepeda, un estudiante destacado de la promoción 2023-2024. Nicolás ha sido parte de nuestra familia escolar durante 14 años, y su trayectoria es un testimonio de la dedicación, el crecimiento y las relaciones significativas que se cultivan en el colegio Buckingham.
Ximena Castro, Rectora Buckingham School
Una vida en el colegio Buckingham: perseverancia y comunidad
Hoy, en junio de 2024, al hacer una recapitulación de mi paso por el colegio, mi amado Buckingham, llegan innumerables e inolvidables recuerdos a mi memoria. Pensar que, con tan solo 4 años, llegamos con mis papás en aquel 2010 a conocer el colegio y recordar que paré en la entrada del colegio, los miré y les dije con gran seguridad: «Aquí voy a estudiar». Algo desconocido debí haber percibido en ese momento que me hizo sentir las ganas de ser parte de este colegio. Con certeza les digo que no me equivoqué, porque estos 14 años han sido la experiencia más enriquecedora y valiosa para mí como estudiante.
Desde mi primera profesora, Patty, y los docentes que año tras año me formaron desde la academia, la educación en valores y la filosofía que nuestra fundadora Martha Rincón definió como pilares en nuestro colegio, hoy agradezco inmensamente el haberlos recibido, pues gracias a ellos siento que mi cierre como bachiller abre la oportunidad de vivir la gran experiencia universitaria con la seguridad de que cuento con bases sólidas para iniciar esta nueva aventura en mi vida.
Agradezco también a todo el grupo administrativo por su esfuerzo constante para escuchar y entender las oportunidades de evolución del colegio y trabajar por hacerlas realidad.
De la misma manera, agradezco a mis compañeros, tanto a aquellos con los que culmino esta etapa como a los que se han ido; de cada uno me llevo una enseñanza. La diversidad que nos distingue como seres únicos nos hace especiales, desde las diferencias de pensamiento y formas de ser. Al estar en grupos pequeños, podemos apreciar con mayor claridad cómo cada uno de nosotros es único y vive la vida desde sus propias expectativas y realidades, y, aun así, nos respetamos como compañeros.
A pesar de haber pasado la mayor parte de mi vida dentro del colegio, los momentos más significativos para mí fueron en bachillerato. Al ser más consciente de las realidades del mundo, busqué actividades en las cuales podía participar y dejar una huella. Algunas de las que podría remarcar fueron las semanas culturales, la participación en los equipos deportivos, los días de las casas y todas las demás actividades que se desarrollaban fuera del aula, siendo la oportunidad perfecta para poder interactuar con nuevas personas, culturas y perspectivas sobre la vida.
Todo esto se concentró cuando cumplí roles de representante de curso y del Equipo Faro, siendo una voz para los estudiantes sobre lo que estaba bien y lo que podía mejorar; esto junto con la capitanía de la Casa de Integración en mi último año. Estas experiencias me formaron y enriquecieron mi paso por el colegio para ayudarme a entender cómo afrontar pronto el reto de la universidad y de la vida laboral.
Para contar todo lo que viví en más de una década en el colegio Buckingham, probablemente escribiría un libro, y me quedaría corto. Sin embargo, con mucha tristeza y nostalgia, puedo decir: GRACIAS BUCKINGHAM, por entrenar las mentes brillantes que llegan todos los días a sus aulas, pero también gracias por formar personas que van a influir e impactar positivamente a las comunidades y al mundo con la calidez, calidad, excelencia, innovación y trascendencia que desde el primer momento sentí, y que hoy llevaré impregnado en mi mente por siempre.
Me despido de esta etapa de mi vida tranquilo y feliz porque fueron 14 años que valieron completamente la pena, que, a pesar de las trasnochadas y los trabajos, se disfrutaron hasta el último momento. Estoy seguro de que cuando comience mi etapa en la universidad, con orgullo podré decir que el Colegio Buckingham fue el lugar que puso mis sueños en acción.
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